Ideas al aire

La vida es una invención, una necesidad de la materia para tener conocimiento de sí misma y de su existencia

martes, enero 16, 2007

¿Por quién suenan las sirenas?

La ciudad, ese monstruo de cemento y asfalto, ese lugar donde, por suerte o por desgracia, nos toca vivir a la mayor parte de las personas. Su actividad continua nos trae infinidad de ruidos, gente hablando en un bar, en un comercio, por las calles, niños jugando y gritando en un parque, coches circulando haciendo sonar sus pitas, acelerando sus motores, frenando, una estruendosa moto, una construcción con el incesar traqueteo de sus máquinas, y ... las sirenas de las ambulancias.
Cada vez que en una ciudad suena la sirena de una ambulancia detrás de ese sonido hay una historia, un drama humano, una desgracia personal, una familia se ve afectada por ello; el otro día sonó por mi padre, la edad no perdona y el cuerpo avisa de que algo no va bien.
Vivimos al día, en el ajetreo diario de nuestro trabajo nuestros quehaceres, ensimismados en nuestros problemas y preocupaciones, nos dejamos llevar por la prisa, por un ritmo acelerado de vida impuesto por no se sabe qué o quién, alrededor nuestro suceden infinidad de cosas que llevados por la costumbre o por la cotidianidad de las mismas ya no llaman nuestra atención. Una sirena de una ambulancia suena a lo lejos en la ciudad, pero apenas la escuchamos, casi ni caemos en la cuenta de que suena, es un ruido más, es como el tic tac del reloj de casa que a fuerza de escucharlo ya no nos damos cuenta de su ruido. Pero alguna vez en la vida esa sirena nos sonará muy fuerte, su ruido caerá con cruda dureza sobre nuestras carnes, quizá entonces nos planteemos que la vida merece un sosiego, que debemos dejar de vivir acelerados, quizá entonces y solo entonces cuando oigamos la sirena de una ambulancia nos paremos a pensar en que hay un ser humano que está sufriendo.

domingo, junio 11, 2006

Idea de la no existencia

Este blog trata de recoger, recopilar o encajar, como si de un rompecabezas se tratase, muchas ideas y pensamientos sueltos que me han surgido en diferentes momentos de mi vida. Quien no se ha puesto a pensar en un momento dado sobre el que hay después de la muerte, o porqué estamos aquí, porqué existe “algo”, el porqué de la existencia en sí misma. Cuando perdemos a un ser querido, cuando vemos que la muerte nos toca tan de cerca, todas estas preguntas parecen agolparse en tu mente y vienen a ella con gran insistencia, buscando respuestas, buscando salidas, tal vez buscando consuelo.
Una vez leí en una revista de Astronomía, una frase que me llamó poderosamente la atención, decía algo así ... “el presente es el momento infinitesimal que sucede entre algo que ya pasó y algo que aún no ha sucedido...”, creo recordar que son pensamientos de San Agustín. Esta frase es indiscutible, y es la base de la que parten mis ideas.
Soy un hombre de ciencias, respeto las ideas religiosas, pero creo que a la verdad se llega con el conocimiento, la observación y la investigación. Muchas de las ideas y pensamientos, que a modo de, atreviéndome mucho diría, teoría, voy a intentar exponer aquí, pueden resultar contradictorias, de echo lo son; la idea principal está en clara contradicción con el hecho de que yo en estos momentos esté escribiendo estas líneas y ésta, a su vez, con que alguien pueda leerlas. De seguro, muchos pensaran que el autor está desvariando o algo parecido, sin embargo, espero que a algunos estas palabras le hagan meditar y, por lo menos, plantearse si en el fondo (aunque sea muy en el fondo) no tendré razón. Mi mayor reto será si sabré utilizar las palabras adecuadas para intentar explicar mi “teoría” de la NO EXISTENCIA.

¿Por qué estamos aquí? ¿por qué hay un mundo, un Universo? ¿No sería más fácil que no hubiese nada? ¿no es más lógico pensar en la nada, o lo que es lo mismo, en la inexistencia de las cosas? ¿Qué sucede cuando morimos?, algunos creen en la reencarnación, otros creen en que pasamos a vivir una vida mejor, tal vez en el cielo; otros no creen nada, y yo pregunto (y meditemos un momento la respuesta) ¿que diferencia hay entre “antes de nacer” y “después de morir”?. Antes de nacer no eramos nada, no podíamos ver, ni sentir, ni pensar, simplemente “no eramos”; después de morir, no podremos ver, ni sentir, ni pensar; volvemos a “no ser”. ¿Realmente hemos existido alguna vez? Algunos dirán que quedan cosas que hemos hecho, que hemos dejado un rastro, como si de una prueba de nuestra existencia se tratara; pero todo rastro humano acaba por desaparecer y esto que digo es irremediablemente cierto.


Vida, materia, ... ¡que extraña combinación! Imaginemos por un instante, un mundo sólo formado por piedras y en que somos una simple piedra, no veríamos, no sentiríamos, no pensaríamos, no tendríamos ninguna necesidad, (el estado perfecto), pero una piedra no tiene conciencia de que es piedra, y en un mundo de piedras, ninguna sabría de la existencia de las demás; se produce una gran contradicción, las piedras existen (la materia esta ahí) pero para ninguna de ellas ¿como van a existir, si ninguna sabe de la existencia, ni de la otra, ni siquiera la de sí misma?, es un mundo que existe, pero a la vez no existe. Muchas veces he pensado en esto, y he llegado a pensar en que “la vida es una invención, una necesidad de la materia para tener conocimiento de sí misma y de su existencia”.
Sabemos que cuando miramos hacia el cielo en una noche clara y despejada, estamos viendo el pasado, la luz de las estrellas tarda muchos años en llegar a nosotros. En un momento dado, puede que estemos mirando a una estrella que ya no existe, resulta muy extraño pensar en esto, pero ciertamente puede suceder. La luz de una estrella viaja por el espacio a una increíble velocidad, pero la distancia que hay entre ellas y nosotros es tan grande, que aún viajando a tanta velocidad tarda mucho tiempo en llegar a la Tierra.


Universo, espacio, tiempo, ... infinito; son todos conceptos muy difíciles de explicar, y que sin embargo todos ellos estan relacionados los unos con los otros. Matematicamente, si pensamos o escribimos un número muy grande, siempre podremos crear otro número mayor; lo mismo sucede si pensamos en un número muy pequeño, siempre podremos encontrar otro aún más pequeño; el concepto de infinitos números está bien definido por las Matemáticas. No sabemos si el Universo se comporta de igual manera que los números. Hoy por hoy, ni utilizando los más potentes telescopios e instrumentos para escudriñar el espacio podemos encontrar una zona vacía, parece haber siempre algo más alla; lo mismo sucede a la inversa, cuando utilizamos microscopios para observar lo más pequeño, ¿ quién no ha pensado en la similitud entre lo más grande y lo más pequeño ? Una galaxia, formada por millones de estrellas, una estrella rodeada por sus planetas; una molécula, formada por millones de átomos, un átomo rodeado de electrones; son mundos dentro de otros mundos. Es como si el Universo fuese un embudo, en su parte ancha se encuentra lo más grande, y en su parte estrecha, lo más pequeño. Mi idea del Universo es la de un “mundo embudo” que se encaja en si mismo, es como si formasemos una rueda uniendo varios embudos iguales, de manera que cuando, por ejemplo, llegamos al límite de lo más pequeño (parte estrecha del embudo) pasamos sin darnos cuenta a la zona de lo más grande (parte ancha del siguiente embudo con el que encaja el anterior).
Hay situaciones en la vida de todas las personas que nos llevan a profundizar en nuestro cerebro, a intentar buscar entre los recovecos de nuestras neuronas una respuesta a preguntas imposibles. Yo he vivido uno de esos momentos hace pocos años (mamá se fue, tengo un blog dedicado a ella y a lo que sentí), pensé en muchas cosas, muchas ideas, y me quedé con una que intentaré explicar. Volvamos a las estrellas, al espacio, a cuando miramos al cielo y vemos el pasado. ¿Dónde está mamá?, me pregunté muchas veces. Si pudíeramos viajar a una estrella relativamente cercana a nosotros, por ejemplo, Próxima Centauri, que se encuentra a una distancia en que su luz tarda unos 4 años en llegar a nosotros; y mirar desde ahí la Tierra, la imagen que veriamos sería la de una Tierra en la que las cosas que suceden en ella habrían ocurrido hace 4 años. Podríamos situarnos más lejos en el espacio y encontrar un punto desde el cual (si fuera posible, claro) pudíeramos ver la Tierra, sus sucesos, sus gentes, hace 10 años. Siempre podríamos encontrar un punto en el espacio desde el cual ver lo sucedido en la Tierra en el pasado. Pensándolo así siempre hay un punto en el Universo desde el cual nuestro seres queridos, nuestros antepasados, estarían vivos en relación a ese punto. Todo esto que digo puede resultar a muchos un disparate, muchos dirán que es imposible, que no existe medio de hacerlo, que no hay telescopio o cualquier otro instrumento capaz de ver lo que sucede en la Tierra a ese nivel, pero hay que tener en cuenta que se trata de una limitación técnica, la idea no por estar limitada técnicamente deja de ser cierta o posible.
Pero ¿que tiene que ver todo esto con mi “teoría” de la no existencia? ¿como puedo teorizar sobre el Universo y a la vez decir que nada existe? La respuesta es que no lo sé; tal vez no tenga nada que ver una cosa con la otra, pero más profundamente pensado si que hay relación, quizá en el fondo estamos hablando sobre lo mismo. Ya dije, que todo este blog es fruto de muchos pensamientos sueltos, ocurridos en diferentes momentos de mi vida, vagas ideas que surgen sin saber porqué, y que lo realmente difícil es dar cohesión a estos pedazitos de interioridades personales.


En Matemáticas, se utiliza mucho la idea de las aproximaciones infinitesimales a un número concreto para explicar un cálculo, para estudiar el desarrollo de una función o para salvar indeterminaciones. La idea consiste en acercarse mucho a un número, pongamos por ejemplo el cero, podemos pensar en un número muy próximo el 0,0001, pero aún podemos acercarnos más sin llegar a tocar el cero, podría ser el 0,00001, y así sucesivamente. Traslademos esta idea a la frase del inicio del blog “el presente es el momento infinitesimal que ...”, si hacemos ese momento tan infinitamente pequeño es que lo aproximamos mucho, muchísimo ... al cero; o sea, a la nada, al “no momento”, en definitiva a la “no existencia”; nuestra vida se compone de la conjunción de miles de millones de momentos infinitesimales, pero si cada uno de esos momentos está tan cerca del cero que podemos utilizar como valor del mismo “0”, el resultado de nuestra vida sería miles de millones de sumas de 0+0+0+....= 0. Muchos pensarán que es una aberración intentar explicar con razonamientos matemáticos (que sin duda son incorrectos) la “no existencia”, pero sólo es una idea, un pensamiento, y creo que la imagen numérica puede ayudar a comprender mejor a la que me atrevo a llamar “teoría de la no existencia”. A los verdaderos entendidos en Matemáticas, les pido disculpas por mis más que seguros errores.
Lo infinitamente pequeño, lo infinitamente grande, ¿ que diferencia hay ? ¿ dónde está el límite ?, tal vez no hay límite, tal vez hablamos de lo mismo sin saber, tal vez la idea del embudo que encaja en sí mismo, como un bucle sin salida, no sea tan descabellada; entre un no nacido y un recién muerto, ¿ cuál es la diferencia ?. Una persona puede vivir 70, 80, “x” años, pero ¿ que porcentaje representan 80 años en el total de los años del Universo ?, volvemos a las aproximaciones, ese porcentaje seguro que es muy pequeño, seguro que está muy próximo a cero.
Aquí no hay conclusiones, cada uno que piense y madure su idea propia, mi único interés es exponer, como ya dije al principio, un pensamiento. Podría volver al principio y redactar nuevamente todo el blog, darle la vuelta a todo, como si fuese un calcetín, cambiar la perspectiva y en lugar de aproximarme al cero, me aproximaría a un número muy grande, a infinito; todo sería a la inversa, y la idea llevaría a una existencia infinita; esta es la última contradicción, partiendo de una misma idea llegamos a todo lo contrario, a la teoría de la existencia infinita. “Algo” que no existe es “algo” infinito, la nada y el vacío son eternos.


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